Agradecimientos
Quiero dar las gracias a Tom Lynch por enviarme este artículo dedicado a la enseñanza del tiro y permitirme traducirlo, con el fin de que los hispano-hablantes tengamos acceso a esta interesante información.
Gracias, Tom.
Thanks
I want to thank Tom Lynch for sending me this shooting training article and grant me permission to translate it , in order to allow spanish speakers to access this interesting information. Thanks, Tom.
Introducción
Estoy escribiendo este libro porque cuando jugaba de joven siempre necesité disponer de algo así. Con un gran corazón y tirando con dos manos, lideré a mi equipo de instituto a una carrera de 35 derrotas consecutivas. Yo jugaba
en el quinteto inicial y era uno de los mejores anotadores. Esto no significa mucho, porque mi tiro con dos manos bajó a un porcentaje del 20% de acierto durante este tiempo. Mis compañeros también tenían problemas con
el tiro. Nuestros padres no sabían como ayudarnos. Nuestros entrenadores, abrumados por tener que trabajar con demasiados jugadores, no eran capaces de darnos la atención individualizada que necesitábamos.
En mi
año sophomore (2º año del instituto - n. del t.) decidí esforzarme en lanzar con una sola mano. A base de práctica, empecé a coger un nuevo hábito que me ayudó personalmente y también ayudó a mi equipo. Me considero afortunado
porque la transición no fue del todo mal.
Después del instituto empecé a trabajar en un colegio como profesor y entrenador de baloncesto. Mi primer trabajo como entrenador fue con jugadoras de primer año. En ese
momento, el baloncesto femenino era algo nuevo en nuestra comunidad. La mayoría de las 35 jugadoras de mi equipo tenían problemas con el tiro. Di la máxima prioridad a este tema, y me encontré con algo que los demás entrenadores
ya conocen: es muy difícil enseñar tiro trabajando con un grupo.
En ese tiempo, mi primer hijo era lo suficientemente mayor como para lanzar a la canasta que teníamos en el garaje. Decidí asegurarme que aprendía
los fundamentos apropiados antes de desarrollar alguno de los malos hábitos que yo cogí cuando era joven. A base de constantes preguntas y respuestas, conseguí el resultado que buscaba. Mi siguiente estudiante fue una vecina
que ya había jugado varios años. Tenía unos cuantos hábitos que necesitaba cambiar, y hacia el verano conseguimos crear otros nuevos que le ayudaron a mejorar la efectividad de su tiro y la confianza en sí misma.
Después
de entrenar durante 3 temporadas mediocres a jugadoras de instituto, decidí dejarlo y dedicarme a ayudar a mis propios hijos, que ya eran cuatro en ese momento. Trabajé mi parte favorita del baloncesto, las situaciones
de 1 contra 1. Empecé a dar lecciones de tiro a todo aquél que estuviera interesado. Los estudiantes vendrían a mi casa para trabajar durante 30 minutos, una vez a la semana, un total de 5 semanas. Desde que empecé a hacerlo
hace 5 años, todo el tiempo disponible estuvo ocupado. Los padres y entrenadores querían que sus hijos y jugadores dominaran los fundamentos correctos del tiro. Esta forma de enseñar es la mejor para obtener resultados
positivos. Los campamentos, situaciones de equipo, videos y libros no pueden ofrecer el intercambio constante de información que se necesita para obtener resultados con la mayoría de los jugadores. Este artículo ha sido
diseñado para mostrar al padre o al entrenador cómo enseñar a otros a tirar de la forma más sencilla y efectiva posible.
Condiciones para el cambio
Deben cumplirse tres condiciones para que se produzca un cambio positivo en el jugador:
- El jugador debe tener la voluntad de cambiar.
- Es necesario que haya un periodo de tiempo durante el cual el jugador acepte dar marcha atrás en su forma de tirar.
- Debe existir un constante intercambio de información (feedback - realimentación) entre el entrenador y el jugador.
El jugador voluntarioso
El mayor obstáculo para cambiar es aceptar que el cambio es necesario. Tomamos nuestras decisiones basándonos en cómo nos afectan en términos de angustia y satisfacción. ¿Es suficiente la satisfacción que nos produce un nuevo
y más efectivo tiro para contrarrestar la angustia que nos produce el cambio?. En el caso del cambio en la forma de tirar, el jugador debe luchar con su propio ego, que le dice constantemente que él no necesita cambiar.
Debe estar dispuesto, además, a retroceder. Sus porcentajes empeorarán durante un determinado periodo de tiempo hasta que el jugador aprenda y comprenda los nuevos hábitos de tiro. Esta situación es dura cuando tienes un
ego que soportar. En mis lecciones cobro una "cuota". Cuando alguien está dispuesto a pagar un precio por cambiar, esa persona está mostrando un nivel de compromiso. El padre o el entrenador pueden esperar que el jugador
se acerque a ellos para realizar un intercambio. Que tengan mucha suerte, si están intentando ayudar a alguien que no está interesado en cambiar. He tenido muchos estudiantes que no estaban lo suficientemente motivados
para cambiar como sus padres querían que estuviesen. Necesitaba obtener resultados de forma rápida si no quería perderlos.
La mejor forma de preparar al jugador para el cambio es aumentarle la satisfacción que obtienen
con el mismo. Intentemos hablar con ellos de metas. ¿Cuántos tiros libres quiere encestar de 100 lanzados?. ¿Qué porcentaje de tiro quiere obtener?. ¿Quiere jugar en el quinteto inicial, ser una estrella, un buen lanzador
de 3 puntos, o un jugador de mayor nivel?. Si eres capaz de pulsar el botón correcto conseguirás un estudiante mucho más receptivo.
Todo lo que se comenta y habla acerca del miedo al cambio, de forma superficial,
suele sacarse de contexto. ¿Cómo puede causar miedo algo que pretende mejorar el juego?. Yo no soy psicólogo, pero observo a la gente, especialmente a mis propios hijos. Cuanto más joven es el estudiante, menos ego tiene,
y más fácil le resulta aceptar el cambio. Mis hijos solían escuchar cada una de mis palabras como si fueran ley cuanto tenían menos de 10 años de edad, haciendo que los cambios positivos se realizasen sin resistencia. A
medida que fueron haciéndose mayores, mis sugerencias eran recibidas con frases del tipo "¿Si sabes tanto sobre el tiro, cómo es que no estás en la NBA?". Mi hijo mayor tiene 16 años y está más interesado en qué decir en
lugar de qué le están diciendo. Cuando trabajo con este grupo de edad debo ser cuidadoso. A los chavales de esta edad no les gusta admitir que tienen que cambiar, y no quieren que sus amigos noten un descenso en su juego
mientras están volviendo a aprender a lanzar. En la generación de la MTV, la forma en que lanzas a canasta se puede considerar como algo "marca registrada".
El tiempo lo es todo
El cambio debe realizarse cuando el jugador tiene la posibilidad de dar un paso atrás sin que esto afecte a su estatus, debido a lo frustrante que puede llegar a ser para él. Esto significa que para poder enseñar al jugador
nuevas habilidades, éste debe esperar, de forma temporal, que su juego tenga peores resultados. Durante la temporada es la peor época donde esperar que un jugador sea receptivo, ya que existe demasiada presión por mantener
su nivel habitual de juego.
Linea de tiempos para el cambio de tiro
El
mejor momento para empezar el cambio es inmediatamente después de finalizar la temporada. Esto permite
disponer de la máxima cantidad de tiempo para la mejora sin tener que mostrar públicamente los progresos obtenidos.
Las ligas de verano representan un problema menor durante los meses de Junio y Julio. El tiro se puede practicar durante la temporada. Una regla para el jugador debería ser que cada vez que entrenase utilizase su nuevo
tiro. Durante los partidos podrá apreciarse que se va utilizando la nueva técnica de forma natural. Al cabo del tiempo, la nueva forma de tirar se utilizará de forma más general.
El intercambio de información es crítico
Los libros, videos, equipos de entrenadores y campus tienen, a distintos niveles, una cosa en común: No pueden establecer con el jugador una vía óptima para intercambiar información con él para poder conseguir un cambio
positivo en su tiro. Los libros y videos están al alcance de cualquier jugador o entrenador que esté interesado. Son excelentes para mostrar como debe realizarse el tiro. El jugador debe intentar copiar lo que se muestra
en las fotografías o el vídeo y esperar que lo que necesita hacer es lo que está haciendo. Los entrenadores pueden aprender el fundamento y enseñárselo a los jugadores. El problema es que el jugador necesita
intercambiar más información que la que sus entrenadores pueden darle. Los campus de baloncesto representan un periodo duro porque después de la semana de trabajo no hay oportunidad de proseguir con el intercambio
de información. Modificar la mecánica
de tiro de un jugador requiere más de una semana de trabajo.
Alguna vez habréis escuchado referirse a un jugador como un "inconsciente", porque se quedaba a lanzar
tiro tras tiro después de un partido. Una excelente mecánica de lanzamiento se obtiene a base de desarrollar ciertos hábitos que no precisan de una preparación mental adecuada.
El juego se desarrolla muy
rápido. Los hábitos adquiridos para este nivel de utilización deben estar fuertemente arraigados en el jugador. Esto requiere tiempo, intercambio de información y un cierto nivel de éxito. Las situaciones de 1 contra
1 permiten al entrenador reaccionar y corregir al jugador cada vez que se realiza un lanzamiento. Esta es la forma más rápida de obtener resultados.
Comprendiendo los hábitos
El poder del refuerzo positivo
Los hábitos se desarrollan cuando recibimos algún tipo de información o resultado, sea placer o dolor, proveniente de una acción que hemos iniciado. Después de pasar la mano sobre una llama aprendemos a no hacerlo
más. Tener una experiencia similar con el tiro es mucho más complicado, ya que el placer que obtenemos al hacerlo bien es sensiblemente inferior al dolor producido por la llama.
En el tiro, el cerebro recibe
un refuerzo positivo cada vez que encestamos. Por esta razón los jugadores jóvenes toman malos hábitos al hacer todo lo que hacen para conseguir encestar un balón demasiado grande en una canasta demasiado alta.
El principal objetivo es conseguir un refuerzo positivo por el tiro realizado. Lo peor que le puede ocurrir a un mal lanzador es que las meta. Puede encontrarse satisfecho por el momento, pero cuando intenta progresar
los malos hábitos adquiridos anteriormente hacen que sus márgenes de mejora estén muy limitados.
Empezando de la forma correcta
La forma ideal de enseñar a lanzar a alguien es tomando a una persona que no lo haya hecho nunca, y proporcionarle un balón y una canasta adecuados. Debemos enseñarle la forma correcta de realizar el tiro, preocupándonos
sólo de corregir y no de que consiga encestar. Muy pronto, el jugador empezará a acertar de cara al aro, mientras nosotros le habremos inculcado los hábitos correctos. Las canastas falladas se utilizarán como
un mecanismo de ajuste, de forma que permitan al jugador averiguar cómo corregir un error específico. Un ejemplo sería que si un jugador diestro lanza el balón desviado hacia la izquierda, seguramente será porque
el codo de su brazo derecho se encuentra fuera de la línea de tiro.
La línea de tiro está formada por la puntera del pie de tiro, la rodilla, el codo y el dedo índice. Todos estos elementos deben encontrarse en la misma línea y apuntando al aro (n. del t.).
En defensa de los entrenadores
Los entrenadores tienen que realizar el trabajo más duro. La mejor planificación puede irse al traste si los jugadores no son capaces de encestar. A menudo, el trabajo de un entrenador se evalúa dependiendo de
los resultados, por tanto no es extraño verlos nerviosos durante los partidos. Los entrenadores tienen que trabajar con jugadores que han estado utilizando malos hábitos durante años, teniéndoles que
enseñar a los doce fundamentos y situaciones de juego. Hay mucho que enseñar en poco tiempo, y crear nuevos hábitos de tiro es algo que no se puede conseguir bajo estas condiciones. Es necesario que los jugadores
hagan un esfuerzo durante el periodo de fuera de temporada para mejorar por sí mismos.
El "método de sentir"
El entrenador interior
La enseñanza mediante el "método de sentir" hace referencia a la automatización de movimientos por medio de la repetición. Debe crearse una relación entre el deseo mental de realizar una acción y el sentimiento físico de
realizarla. En otras palabras, el jugador debe aprender cómo se siente cuando lo hace correctamente. El entrenador debe intercambiar información con el jugador de forma constante para conseguir esto. Cuando el jugador
realiza el tiro de forma correcta debemos animarle, sobre todo cuando no encesta. A veces estamos interesados en trabajar una parte específica del tiro. Si se realiza correctamente debemos decírselo al jugador. Podríamos
decirle algo similar a «Perfecto. ¿Cómo te sientes?. Recuérdalo». Hay que hacer que el jugador lo repita hasta que sea capaz de diferenciar una acción buena de una mala simplemente por cómo se siente. Cuando el jugador
lo hace mal, podríamos decirle «Mal. Fíjate que has hecho mal xxxx. VAMOS a intentarlo de nuevo». Una vez hayamos conseguido cambiar el hábito, reforzar el cambio de forma positiva.
El entrenador interior
A
base de desarrollar un sentimiento sobre lo que desea hacer, el jugador irá aprendiendo a auto-animarse cuando practica solo. Si no es capaz de alcanzar este estado, es necesario que le ayudemos y repasemos
con él lo aprendido. Es por esta razón por lo que es esencial practicar fuera del tiempo de entrenamiento. Al final, el jugador será capaz de auto-corregirse y desarrollar el hábito por sí mismo.
Evitando bajones repentinos en el tiro
Conseguir buenos hábitos no significa que vayamos a encestar siempre. A menudo nos encontramos con que fallamos canastas que esperábamos encestar. En ese momento debemos analizar los fallos. Busca un sistema
que te permita analizar cada parte del tiro que pueda originar el problema. Puede que la dirección sea buena, por tanto el problema viene porque no has dado suficiente arco al lanzamiento o porque
tus piernas están fatigadas. Intenta mejorar el arco del tiro y chequea los resultados obtenidos. Esto puede hacerse cada vez que fallas en un partido. Debes analizar rápidamente las razones del fallo
y haz la corrección mentalmente de cara al siguiente tiro. Naturalmente, esto no es una ciencia exacta, sino simplemente la mejor forma que tienes de hacer ajustes sobre la marcha en un partido y evitar
bajones en los porcentajes.