El rebote ha sido tradicionalmente uno de los fundamentos menos trabajados en España con respecto al resto de los países punteros europeos. La culpa se le ha echado habitualmente a la falta de estatura de los jugadores de baloncesto de nuestro país. Sin embargo, y a pesar de que las nuevas generaciones nos proveen de jugadores cuya estatura no tiene que envidiar al resto de Europa, seguimos manteniendo las mismas deficiencias. ¿Dónde reside, por tanto, el problema?.
No es necesario pensar mucho para llegar a la conclusión de que nuestro problema endémico de rebote reside en los entrenamientos que diseñamos y en los ejercicios que utilizamos para enseñar este fundamento tan importante.
Generalmente no se trabaja con ejercicios específicos de rebote (tanto de ataque como defensivos), y cuando lo hacemos se cometen errores muy importantes como no mirar al balón, no trabajar la anticipación, no luchar por
la posición, no utilizar los brazos, etc.
Fundamentos
El trabajo de rebote debe basarse en tres aspectos fundamentales: la estatura, la fuerza y la técnica.
La fuerza y la estatura son dos aspectos que vienen dados por
la fisiología del jugador. La estatura es imposible mejorarla, y la fuerza es mejorable hasta cierto punto por medio de un plan de trabajo físico muy concienzudo.
El punto que no debemos descuidar, y en base al cual
podemos mejorar cualquier tipo de jugador, es el aspecto técnico. El objetivo fundamental hacia el que debemos orientar nuestro trabajo es el de capturar la posición. El gran punto débil del jugador que
bloquea es el momento en que se gira a cerrar el rebote; ahí debemos usar fintas para ir a por el balón. Hay que jugar mucho con ese aspecto y trabajar las fintas para ese momento. Hay jugadores que por su talento innato
son capaces de utilizar recursos ofensivos sin que ningún entrenador se los haya enseñado, aunque a la mayoría de los jugadores haya que trabajarles mucho esos aspectos.
El rebote de ataque debe plantearse como el
de defensa, anticipándonos y poniéndonos delante del defensor. Hay que ser capaces de ganarle la posición. Tenemos que meter el pie cerca del aro para ganar la posición. Esto hay que enseñarlo a través de una correcta tecnificación,
entrenando muy bien las fintas entre otros muchos recursos técnicos.
Muchas veces con tanta obsesión con el perfeccionamiento de los recursos necesarios para ir al rebote se nos olvida el aspecto mas importante a
la hora de coger los rebotes: ir a por él. Es fundamental ir siempre al rebote ofensivo, aunque no tengamos posibilidades de capturarlo, ya que si vamos a por el rebote dificultamos dos acciones fundamentales del juego
del otro equipo: el rebote defensivo y el primer pase de contraataque.
El entrenador debe valorar muchas mas cosas que las que aparecen en las estadísticas, tales como: el jugador que realiza un buen bloqueo de rebote
defensivo y que permite capturar el balón por parte de otro componente del equipo, el jugador que provoca un mal primer pase de contraataque (primer pase lento) y que permite a la defensa replegarse a tiempo al haber ido
al rebote ofensivo, etc.
Por último, y no menos importante, debemos hacer ver a los jugadores que el trabajo de rebote (fundamentalmente defensivo) es tarea de todo el equipo. De nada sirve que cuatro de los cinco
jugadores bloqueen a su atacante si el que queda no lo hace y su atacante captura el balón. El rebote defensivo es un trabajo general del equipo con responsabilidad individual de cada jugador.
La técnica del rebote defensivo
Un equipo que trabaja bien el rebote defensivo obtiene las siguientes ventajas:
- Dispone de una opción clara para iniciar el contraataque.
- Evita segundas opciones de tiro cercanas al aro por parte del equipo atacante (opciones de tiro de alto porcentaje de acierto).
- Mina la confianza de los tiradores del equipo contrario, que ven como sus tiros fallados siempre acaban en las manos de los defensores.
- Incrementa la confianza defensiva del equipo, haciéndole ser mas fuerte en este aspecto del juego.
A la hora de trabajar el rebote defensivo deberemos tener en cuenta lo siguiente:
1. Hay que evitar que el atacante vaya a por el balón y nos coja la posición.
2. Hay que situar nuestro
cuerpo entre el del atacante y el balón.
3. Hay que tener las manos arriba para poder capturar el balón..
El trabajo del rebote defensivo comienza por avisar al resto del equipo que se ha producido un tiro y
que se debe trabajar para capturar el rebote. Para ello, los jugadores deben adquirir la costumbre de gritar ¡TIRO! cuando éste se produce por parte de su atacante.
En ese instante, cada jugador
debe buscar a su atacante y utilizar el cuerpo y los brazos para chocar con el jugador e impedir que vaya hacia el balón (body check). Los brazos del jugador se sitúan con los puños enfrentados
y los codos abiertos, de forma que el plano de los brazos sea paralelo al suelo y éstos estén situados a la altura de los hombros.
Una vez interrumpido el movimiento del atacante hacia el balón, hay que fijarlo y
ganar la posición. Para ello, el defensor debe flexionarse y girar hasta tener la espalda en contacto con el cuerpo del atacante, de forma que pueda sentir si éste se desplaza lateralmente para intentar
ir a por el balón.
A continuación, y de forma rápida, el defensor debe levantar los brazos situando los codos por encima de los hombros y con las manos preparadas para capturar el balón si éste va
hacia nuestra posición.
Por último, el jugador debe lanzarse hacia el balón con fuerza y velocidad y, una vez capturado, situarlo rápidamente bajo la barbilla y con las manos apretándolo una frente a la otra y con los codos hacia afuera para evitar que el atacante pueda robarlo.
La técnica del rebote defensivo
En el rebote ofensivo priman tres aspectos fundamentales: intuición, habilidad y fuerza.
- La intuición podemos definirla como la capacidad por parte del jugador de conocer de antemano hacia donde irá el balón después de ser rechazado por el soporte (aro o tablero). Es una habilidad
que se adquiere con el paso del tiempo y a base de mucho trabajo.
- La habilidad consiste en la capacidad del jugador para situarse en el punto más cercano a donde intuimos que va a caer el balón con el fin de capturar el rebote. Requiere rapidez de pies y control
del cuerpo y brazos. Puede mejorarse con ejercicios básicos de preparación física y con trabajo específico de fintas para que el jugador sea capaz de zafarse de su defensor.
- La fuerza se basa fundamentalmente en el tren inferior (piernas), y se puede mejorar con un trabajo físico específico.
Es importante hacer ver a los jugadores que quien más posibilidades tiene de saber hacia donde irá rechazado el balón es el propio tirador, y que por tanto es fundamental que el que lanza vaya a por su propio rebote. Así mismo, es de suma importancia conseguir que los jugadores se desplacen con una buena flexión de piernas (apoyos), ya que esto les permitirá moverse con rapidez y mantener posiciones estables y fuertes. La posición de los brazos es equivalente a la del rebote defensivo, procurando mantener los codos por encima de los hombros y las manos altas una vez se ha conseguido ganar la posición.